Había una vez un niño muy pero muy pequeño, que se llamaba Vicente y que siempre estaba feliz, el tenia 1 años y ya sabia hablar, cantar y todo lo que te puedas imaginar perfectamente.
El vivía en la playa solo.
A el nadie lo cuidaba, el sabia cuidarse solo, bueno que nadie le hacia daño.
Un día muy lejano, cuando ya tenia 7 años, se encontró una botella que era de esas que se frotaban y aparecía un genio, él la frotó y de pronto sin darse cuenta, no pasó nada de lo que él esperaba.
Vicente la guardó hasta ahora cuando tenia 9 añitos, cada día la frotaba y no aparecía nada, hasta que una vez apareció algo: una lámpara, y decía: tanto que frotaste esa botella te regalamos 3 deseos para que cumplas tus sueños mas fantásticos del mundo, y él se entusiasmo mucho que tanto decirlo, perdió dos deseos, pero como Vicente es muy inteligente, pidió tres deseos mas
Y se los tuvieron que conceder.
Primero Vicente pidió que nunca se acabara la felicidad en su vida, y le quedaban dos deseos y la botella lo acompañaba a todos lados y él pensó mucho, hasta que finalmente no se le ocurrió nada.
En 15 días más Vicente estaba de cumpleaños, cumplía 10 años, y él pensaba: ¡como yo me cuidé tantos años solo!
Y luego se dijo a sí mismo: ¡voy a ser el niño más feliz del universo, porque tengo todo lo que un niño puede tener!
Y luego dijo: excepto familia.
Pero no por eso se iba a poner triste y empezó a caminar por la orilla de la playa, más que nunca se sentía solo, pero de repente divisó algo, era una persona, muy pequeña y que lo estaba saludando, él se acercó y a saludo también, era una niña y él le pregunto que como se llamaba ella y ella le respondió:
Me llamo Andrea ¿y tú?
Yo me llamo Vicente y vivo solo, sin nadie que me acoja; ¿tu familia me puede acoger?
Y Andrea respondió:
Claro que sí.
Y Vicente se puso muy feliz.
Andrea lo llevó a su hogar y le dijo a sus padres que lo adoptaran y los padres aceptaron y la familia era muy grande tenían 12 hijos más Vicente.
Y la familia fue feliz para siempre
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